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La producción de cerámica en la zona de Puebla gozaba de buena fortuna ya cuando fue fundada la ciudad; su desarrollo y excelente calidad permitía la hechura de utensilios de uso doméstico, además tenía un importante papel en ceremonias religiosas, ritos funerarios y también se fabricaban extraordinarias esculturas.
En la época colonial, se inició la llegada de cerámica importada y el establecimiento de talleres de alfareros españoles. Puebla fue el principal centro productor de cerámica no sólo de la Nueva España sino del Nuevo Mundo. Antes de la fundación de la ciudad ya se contaba con talleres de loza vidriada y azulejos de la que se conocería como Talavera Poblana y que, a partir de la colonia es la cerámica de mayor antigüedad y la más difundida.
Su proceso de fabricación sigue siendo cien por ciento artesanal. El proceso de creación comienza con los barros producidos en la región (negro y blanco), los cuales se hidratan, se deshidratan, se pisan y repisan, al secar sufre su primer cocimiento denominado jahuete (unos 1000 grados. Una vez logrado el diseño adecuado, ser decorado y pintado la pieza se somete al segundo cocimiento (1050º en promedio) dando así el color y el brillo permanente, característica de la talavera original.
La elaboración de colores y esmaltes son aun de fabricación casera, así como pinceles de cerda dura, formados con barbas de chivo, o de la cril o cola de la mula.
Para recubrimiento de las piezas utilizan los esmaltes estanoplumiferos (aleación de estaño y plomo), paso que se realiza en un horno de oxido de reducción. La decoración se hace con colores creados en los talleres que regularmente son azules, azul fino, amarillo, negro, verde, naranja y otros, resultado de la combinación de estos.
El uso de la Talavera se inició en la arquitectura religiosa y más tarde en la civil, se aplicaron con fines utilitarios y en detalles decorativos. Poco a poco se utilizo en superficies más grandes y para el siglo XVIII su empleo se generalizo, se combino con el ladrillo para cubrir fachadas completas. Jugando con diferentes medidas y formas geométricas, se crearon diseños de gran originalidad, utilizando la rica policromía de influencia italiana.
A través de los siglos, la Talavera Poblana se ha enriquecido con diversas influencias. Hoy, las piezas de Talavera recrean los estilos y diseños de la antigua Talavera, poblana y española, así como motivos indígenas y de art nouveau; alegoría de formas y colores extraordinarios, fruto de la imaginación de los alfareros poblanos.
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